Leyendas y Mitos de Venezuela

MITOS Y LEYENDAS POPULARES

Amalivaca y la Creaci�n del Mundo

En la mitolog�a ind�gena, Amalivaca fue el creador de la humanidad, del r�o Orinoco y del viento. En principio hizo a los hombres inmortales pero en castigo a su faltas, los volvi� mortales. Se dice que hace muchos a�os atr�s hubo una gran inundaci�n. Amalivaca sali� entonces en una canoa a recorrer el mundo y junto con su hermano

Vochi fueron reparando los da�os del diluvio, despu�s del cual solo hab�a quedado una pareja de humanos vivos. Ellos se fueron a una gran monta�a llevando

semillas de palma moriche y desde all� las dispersaron lanz�ndolas hacia el mundo. De estas semillas nacieron los hombres y las mujeres que pueblan el planeta.

Guaraira Repano

La region de Caracas est� enclavada en un precioso valle al pie de la montaña . En los tiempos precolombinos recib�a el nombre de Guaraira Repano, que significa algo as� como: «la ola que vino de lejos». Los ind�genas de la zona contaron que en tiempos antiguos no exist�a la monta�a y que desde el valle se pod�a ver el mar. Pero un d�a las tribus ofendieron a la gran diosa del mar y �sta quiso acabar con todo el pueblo. Entonces levant� una gran ola, la m�s alta que se hab�a visto; toda la gente se arrodill� e implor� perd�n a la diosa y, justo cuando la ola iba a caer sobre ellos, la diosa se compadeci� y convirti� la ola en la gran monta�a que hoy existe.

La Sayona

Aparentemente es un fastama con la figura de una mujer hermosa de larga cabellera. Le dicen La Sayona porque se cubre con una t�nica o saya larga. Esta aparici�n viene asustando a los trasnochados desde el siglo XIX y dicen que se aparece a los bebedores, trasnochadores y ad�lteros. Deja que la admiren pero cuando tratan de enamorarla, ella entonces sonr�e, mostrando unos colmillos largos y puntiagudos y luego desaparece, dejando aterrorizados a los pobres pecadores.

El Silb�n

Se cuenta en los llanos que hace tiempo un joven asesin� a sus padres. Por este crimen atroz est� condenado por siempre a cargar un saco con los huesos de sus progenitores y a asustar a la gente silbando una serie de notas caracter�sticas y haciendo sonar los huesos. Nunca se sabe d�nde est� porque, si su silbido se oye lejos es porque El Silb�n est� muy cerca y si se oye cerca, el fantasma ya est� lejos. Algunos dicen que aqu�l que escucha el silbido, est� oyendo el anuncio de su propia muerte.

Florentino, el que cant� con el diablo.

Florentino era el mejor jinete y coplero de los llanos. Una noche, cabalgando solo por la llanura para asistir a un joropo en un pueblo cercano, not� que de lejos lo segu�a otro hombre todo vestido de negro que parec�a ir a la misma fiesta.
Cuando comenz� el joropo y Florentino se prepar� a cantar, el extra�o invitado lo desafi� a contrapuntear con �l. Florentino acept� y a medida que se cruzaban las coplas, se dio cuenta de que su adversario el Diablo y que si perd�a en el contrapunteo,

perder�a su alma. Pero su habilidad como improvisador y su f� mantuvieron al Diablo ocupado cantando toda la noche sin que Florentino se rindiera ni equivocara una rima. Al salir el sol, el Diablo tuvo que desaparecer completamente derrotado. Alberto Arvelo Torrealba escribi� un poema monumental narrando el contrapunteo entre Florentino y el Diablo.

Mar�a Lionza

Diosa de la monta�a de Sorte, en Yaracuy. Es conocida tambi�n como �La Reina�. Hay muchas versiones de su origen pero la m�s aceptada es que era de la etnia caquet�a, hija mestiza de un cacique. Como naci� con ojos claros, lo cual se consideraba mal presagio, su padre la escondi� en una cueva de la monta�a. La visitaba a diario para alimentarla y un d�a vio una danta (tapir) que le llevaba frutos silvestres a la ni�a y la llevaba en su lomo.
La ni�a creci� con el nombre de Mar�a y la gente la visitaba buscando curaci�n para sus enfermedades porque conoc�a los poderes de las plantas. Se le ve�a por la selva cabalgando sobre la danta y esta imagen creci� en la fe popular, convirti�ndose en una deidad protectora de los bosques y sanadora de las personas. Se le llam� Mar�a La Onza porque tambi�n la acompa�aba una onza o puma.
Actualmente es objeto de culto en la monta�a de Sorte, Estado Yaracuy, convertido en santuario por los adeptos.

EL RELOJ DE GUIGUE (G�IG�E)

En la Plaza �vila de la poblaci�n de G�ig�e, perteneciente al municipio Carlos Arvelo en el Estado Carabobo se encuentra un antiguo reloj, genuino y aut�ntico monumento, como los relojes p�blicos de Caracas, tra�dos durante los gobiernos del General Antonio Guzm�n Blanco y Joaqu�n Crespo.

Este reloj de G�ig�e era utilizado para medir el tiempo a las personas que recog�an caf� de la producci�n sure�a de Copet�n, Santa Efigenia, Altamira y las Palmas. Muchos lugares aseguran que este reloj fue testigo de las vivencias de Don Antonio Pimentel y el General Juan Vicente G�mez, durante sus estad�a en la Hacienda el Trompillo, una de sus tantas propiedades; al morir el General G�mez, el reloj fue trasladado a la plaza �vila de G�ig�e totalmente descompuesto, all� fue reparado y marcaba las horas parroquiales del pueblo; hay quienes dicen que la persona que lo repar� muri� a los pocos d�as, luego un hombre de origen italiano de nombre Salvador Consoli, fue operario de dicho reloj y cuando abandon� este oficio y se march� para su tierra natal, a los pocos d�as dej� de existir, despu�s un se�or de nombre Andr�s Mijares, a quien llamaban �Chipia� muri� luego de reparar el reloj. El cas� m�s reciente de los operarios del reloj fue el conocido maestro de esa localidad, Juan Lorenzo, quien se atrevi� a poner a funcionar el reloj y al poco tiempo muri� en Valencia.
Desde entonces se corri� la leyenda en toda la regi�n central de Venezuela, de que quien repare �El Reloj de G�ig�e�, que prepare el testamento porque le quedan pocas horas de vida.

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